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Cuando Black Mirror debutó en 2011, la serie británica ofreció distopías intensas y aterradoras, en episodios tan cercanos a la realidad que resultaban inquietantes. Desafiaba al espectador a reflexionar sobre los peligros de la tecnología cuando se descontrola o se manipula sin ética. Hoy, en 2025, en un mundo donde la inteligencia artificial es parte cotidiana de nuestras vidas, Black Mirror se enfrenta a la necesidad de renovarse para mantenerse relevante. Así, su séptima temporada, que llega hoy a Netflix con seis nuevos episodios, mantiene la tecnología como eje central, pero ahora se enfoca en lo que realmente nos define como humanos: las emociones.
Charlie Brooker, el creador de la serie, reconoce que esta temporada tiene un tono más nostálgico y reflexivo que las anteriores. Muchos de los nuevos episodios resuenan con algunas de las historias más memorables de la serie, como San Junípero, Toda tu historia o Ahora mismo vuelvo. Si la temporada pasada se centró en el terror, con visiones apocalípticas de un mundo al borde del colapso, en esta entrega la mirada se dirige hacia el pasado, los recuerdos y, por supuesto, los sentimientos.
Un ejemplo claro de esta nueva dirección es el episodio Hotel Reverie, el tercero de la temporada y el San Junípero de esta tanda. En él, Issa Rae interpreta a una famosa actriz que es contratada para protagonizar una versión modernizada de una película clásica de los años 40. Sin embargo, no es una simple reimaginación: la actriz es integrada en la película original de tal forma que, mientras los personajes siguen su guion, ella toma el papel del protagonista masculino, modificando así toda la trama. El romance que desarrolla con la mujer interpretada por Emma Corrin transforma por completo la historia, añadiendo una dimensión inédita a un clásico de Hollywood. El episodio, que alterna escenas en blanco y negro para las secuencias dentro de la película con imágenes en color para las del presente, ofrece una propuesta emotiva, romántica y profundamente conmovedora.
La temporada arranca con Gente corriente, un episodio que, junto con Hotel Reverie, se perfila como uno de los mejores. Protagonizado por Rashida Jones y Chris O’Dowd, se presenta como una alegoría sobre el sistema de salud privado. A través de una montaña rusa emocional que va desde la comedia hasta la tragedia, la trama sigue a una pareja cuya vida da un giro cuando la salud de la mujer depende de una suscripción mensual. Lo inquietante es que la empresa privada que ofrece este servicio tiene la capacidad de aumentar las tarifas o insertar publicidad, algo que refleja las dinámicas de las plataformas de streaming actuales. Un guiño nostálgico en el episodio es el hotel donde la pareja celebra su aniversario, llamado El Junípero, una referencia a San Junípero.
Los sentimientos también son el núcleo de Eulogy, el emotivo quinto episodio. Paul Giamatti interpreta a un hombre que recibe una invitación para asistir a un funeral inmersivo, donde una IA reconstruye los recuerdos de los conocidos del difunto. Aunque el hombre ya no recuerda ni el rostro de la mujer por la que se le ha invitado, la inteligencia artificial le permite revivir sus recuerdos, adentrándose en las fotografías que tomaba en el pasado, lo que lo lleva a reconstruir su relación con ella.
En Juguetes, el cuarto episodio, Peter Capaldi da vida a un hombre que, tras ser arrestado por asesinato, relata su historia a la policía. Esta narrativa incluye su vínculo con los multis, pequeños seres digitales que parecen inofensivos pero que, en realidad, son vida digital inteligente. El episodio es especialmente inquietante por lo que plantea y por la formidable actuación de Capaldi.
Por otro lado, Bête Noire, el segundo episodio, explora emociones como el miedo y la venganza. En él, una mujer se ve sacudida por la aparición de una antigua compañera de instituto que trastorna su vida en una empresa de alimentación.
El cierre de la temporada llega con un episodio de hora y media que recupera el universo de USS Callister, introducido en 2017. El episodio, centrado en un videojuego online multijugador, revela cómo la vida de los clones digitales de los compañeros del protagonista se desarrolla después de librarse de su abusador. Aunque el tono es más lúdico, el episodio plantea una reflexión sobre lo que nos hace humanos, cuestionando si las vidas de estos clones son menos valiosas que las de sus versiones en el mundo real.
Charlie Brooker comentó en una entrevista con The Guardian sobre el enfoque de la temporada, señalando que, si bien hay menos distopía, el giro emocional es más fuerte que nunca. "La gente viene a Black Mirror esperando una sorpresa, no puedes darles exactamente lo que esperan", afirmó Brooker. "Si quieren ver una distopía, tienen una ventana 24 horas al día. No necesitamos hacerles recordar que las cosas van a empeorar".
Así, la séptima temporada de Black Mirror nos ofrece una mirada más introspectiva, explorando cómo la tecnología, lejos de ser un enemigo, interactúa con lo más profundo de nuestra humanidad: nuestras emociones.
Fuente: El País