Los pueblos indígenas, considerados guardianes de la naturaleza, están haciendo eco de sus demandas en la COP16 de biodiversidad en Cali, donde las comunidades amazónicas exigen acceso directo a financiamiento para la protección del medio ambiente. En un contexto internacional creciente donde se busca visibilizar su voz, estas comunidades enfatizan la necesidad de que sus aportes sean reconocidos y que participen en la toma de decisiones. José Esach, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), afirma: “Cuidamos más bosques y territorios, pero somos los que menos recursos recibimos”.
La discusión sobre el financiamiento es crítica en el marco de las negociaciones sobre biodiversidad y cambio climático. Los representantes de las comunidades sostienen que los mecanismos actuales son complicados y burocráticos, abogando por una mayor flexibilidad en el acceso a los fondos. Tabea Cacique, indígena del pueblo Asháninka y miembro de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), enfatizó que “muy poco llega a los territorios”, pidiendo que no se les considere incapaces de manejar los fondos y que se les brinde la formación necesaria. La financiación destinada a los pueblos indígenas a menudo se canaliza a través de organizaciones intermediarias, lo que reduce la transferencia de conocimientos a las comunidades beneficiarias.
La Amazonía cobra protagonismo en esta cumbre debido a su crucial importancia ecológica; el sistema fluvial del Amazonas alberga cerca del 20% del agua dulce del planeta. Las organizaciones indígenas de la cuenca amazónica, que representan a más de 500 pueblos, exigen un acuerdo global para la protección y conservación del 80% de la Amazonía para 2025, como medida urgente para prevenir una crisis planetaria. Varias organizaciones indígenas de Ecuador, Colombia, Brasil y Perú han presentado un diagnóstico sobre un modelo de financiamiento directo en la COP16, con el apoyo de WWF.
Las organizaciones destacan que los pueblos indígenas y sus conocimientos son altamente eficaces en la conservación de los ecosistemas amazónicos y que el acceso directo a los recursos fortalecería significativamente sus iniciativas. Sin embargo, menos del 1% de la ayuda internacional para el clima se destina a la gestión de tierras y bosques indígenas, con barreras que incluyen la falta de comprensión sobre los derechos de estos grupos y su papel en la conservación.
Entre las iniciativas presentadas en Cali se encuentra Amazonía Siempre, un programa del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que busca proteger la biodiversidad y fomentar el desarrollo sostenible mediante la ampliación del financiamiento y la coordinación regional entre los ocho países amazónicos. Aidesep, la organización indígena de Perú, ha sido la primera en obtener la aprobación de un proyecto por parte del BID, destinado a mejorar la gestión de bioemprendimientos en 25 empresas indígenas en nueve regiones amazónicas.
El fondo Amazonía para la vida, creado en colaboración con la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), destina recursos directamente a organizaciones indígenas. Con un presupuesto de 10 millones de dólares, es el primer fondo de este tipo orientado a financiar proyectos indígenas, brindando apoyo financiero y técnico.
Fanny Kuiru de la Coica destaca que esta es una oportunidad pionera para que los pueblos indígenas accedan directamente a la financiación. “Nuestra lucha ha sido que el financiamiento llegue a quienes realmente trabajan en la conservación”, afirmó en el anuncio en la cumbre. Además, resaltó la necesidad de que la cooperación sea flexible y que se establezcan mecanismos de gobernanza adecuados para el fondo.
El presidente del BID, Ilan Goldfajn, subrayó la importancia de fomentar la autonomía de los pueblos indígenas y facilitar sus proyectos. Tatiana Schor, de la Unidad de Amazonía del BID, explicó que el fondo es innovador, ya que se creó a través de un proceso colaborativo con la Coica, lo que permitió a ambas partes aprender y organizarse.
“Este es un camino que debemos seguir en América Latina. Los donantes y gobiernos deben trabajar en esta dirección”, concluyó Esach, celebrando el anuncio. “Nosotros cuidamos la selva; somos parte de la selva”.
Fuente: El País