En la última década, la industria musical ha sido testigo de una transformación sin precedentes, impulsada principalmente por el auge de la música en streaming. Servicios como Spotify y Apple Music han revolucionado la forma en que accedemos y consumimos música, brindando acceso instantáneo a extensas bibliotecas de canciones por una tarifa mensual. A la par de esta revolución digital, los festivales de música han cobrado una importancia notable, consolidándose como eventos fundamentales tanto para artistas como para fanáticos. Esta coexistencia entre la música en streaming y los festivales en vivo está remodelando el panorama de la industria musical.
El streaming ha permitido que los artistas alcancen audiencias globales de manera más sencilla. Sin embargo, esta misma accesibilidad ha generado un mercado saturado, haciendo que destacar sea cada vez más difícil. Aquí es donde los festivales de música desempeñan un papel vital. Estos eventos brindan a los artistas la oportunidad de conectar directamente con su público, ofreciendo experiencias en vivo que no pueden ser replicadas digitalmente. La interacción personal y la energía de una actuación en directo fortalecen el vínculo entre los artistas y sus seguidores, convirtiendo a los asistentes en promotores entusiastas.
De acuerdo con el informe Global Entertainment and Media Outlook de PwC, los ingresos mundiales por la música en vivo casi alcanzaron los niveles prepandemia en 2022, superando los 20.000 millones de dólares y se espera que crezcan hasta los 25.000 millones en 2027. Además, datos de Pollstar revelan que solo las giras de Taylor Swift, Beyoncé y Bruce Springsteen en 2022 representaron el 10% de estos ingresos.
Es interesante notar que siete de los ocho festivales más lucrativos del mundo se realizaron en América, con México y Estados Unidos dominando seis de estos puestos. El único festival europeo en la lista es el alemán Hurricane Festival, que en 2023 generó más de 20 millones de dólares con la venta de 233.000 entradas.
Para los artistas, los festivales de música son una fuente significativa de ingresos, especialmente en una época donde las ganancias por ventas de discos han disminuido debido al streaming. Los festivales no solo ofrecen remuneraciones sustanciales por las presentaciones, sino que también abren oportunidades para la venta de merchandising y otros productos. Además, la amplia cobertura mediática y en redes sociales que generan estos eventos actúa como una promoción masiva, ayudando a los artistas a incrementar sus reproducciones en plataformas de streaming y a captar nuevos seguidores.
Por todas estas razones, los festivales de música seguirán siendo un pilar esencial para la promoción de nuevos talentos y la consolidación de artistas establecidos. Además, con el enfoque creciente en la sostenibilidad, muchos festivales están adoptando prácticas ecológicas, atrayendo a un público cada vez más consciente del medio ambiente.
Fuente: Merca 2.0
