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Cuando faltaban pocos minutos para el inicio del partido entre Argentina y Brasil que se debía jugar este martes en el estadio de Maracaná de Río de Janeiro, incidentes violentos en la tribuna llevaron a que los jugadores argentinos abandonaran el campo de juego.
La prensa local informó que, tras cantarse los himnos de ambos países, hubo un enfrentamiento entre hinchas de ambas selecciones en las gradas.
Inmediatamente, la Policía Militar brasileña intervino reprimiendo a los aficionados argentinos.
Decenas de videos en redes sociales muestran a uniformados golpeando con porras a los fanáticos de Argentina y a los asistentes lanzando sillas a los policías.
Varios hinchas argentinos saltaron de la tribuna para evitar ser golpeados por la policía.
En respuesta, jugadores de ambas selecciones pasaron por arriba de las protecciones que separan el campo de las gradas para tratar de calmar a sus propias hinchadas.
Ante la situación, Lionel Messi, capitán de Argentina, les ordenó a sus compañeros de equipo regresar a los vestuarios.
La selección brasileña se mantuvo en el campo.
El presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia, se presentó en el campo, se acercó a la tribuna donde estaba la hinchada argentina, dialogó con integrantes del cuerpo técnico de Lionel Scaloni y con los árbitros.
20 minutos después, la selección argentina regresó al campo y se dio inicio al partido con media hora de retraso.
Los argentinos se impusieron a los brasileños por la mínima diferencia, con gol de Nicolás Otamendi, provocando la primera derrota de Brasil en su país por eliminatorias mundialistas.
Fuente: BBC