Los diarios personales de Amy Winehouse, junto con mensajes, cartas manuscritas, letras de canciones y fotografías conforman un nuevo libro, «Amy Winehouse: In Her Words», que la editorial HarperCollins sacará al mercado el próximo día 31.
La publicación del nuevo libro, que costará 34,9 euros y cuyos fondos irán a parar a la Fundación que lleva el nombre de la cantante, recoge algunos de los sueños y ambiciones que tenía la artista cuando era solo una estudiante de 16 años.
Entre esos objetivos que se desvelan en la publicación, Winehouse, que murió trágicamente a los 27 años en 2011, decía que quería tener una casa en South Beach (Miami), «300 pares de zapatos», un «pelo fabuloso» y parece más interesada en convertirse en actriz que en cantante.
Winehouse desvela además que quiere trabajar con Michael Madsen y Steve Buscemi y «hacer una película donde aparezca fea».
El libro recoge fotografías familiares, entradas de diarios personales, cartas y letras de temas musicales manuscritas para revelar aspectos de la corta pero intensa vida de la cantante.
Según indica hoy el diario británico The Guardian, el legado de Winehouse se apoya en muy poca producción musical y se pueden escuchar todos los temas que creó la artista en su vida en menos de dos horas.
«Amy Winehouse: In Her Words» es un producto oficialmente aprobado, que trata de iluminar la carrera de la cantante mediante fotos y manuscritos como trabajos del colegio, letras de canciones y mensajes de su diario personal, según el citado periódico.
También hay en el libro referencias a las «adicciones» de Winehouse y algunas de sus notas recogidas en el libro que hablan sobre dietas apuntan a sus problemas alimentarios -tras su muerte, su hermano Alex admitió que la bulimia la había debilitado-.
No aparece el nombre de su ex marido, Blake Fielder-Civil, con quien mantuvo una unión destructiva, pero habla de una «relación desafortunada».
En uno de los fragmentos de su diario, la cantante afirma que es «la loca de la clase», y que le gusta ser «ruidosa» y «fanfarronear» con los demás.
Fuente: El Espectador de Caracas